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Además de la basura y el agua residual, también existen la contaminación acústica y la del suelo, principalmente generadas por las zonas industriales, la eliminación de basura (vertederos), los vehículos pesados y las centrales eléctricas.
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La contaminación acústica y del suelo se extienden a un cierto radio alrededor del edificio; si llega a las zonas residenciales cercanas, la salud de los ciudadanos de esa zona empeorará. Para evitarlo, las zonas residenciales deben construirse a una distancia prudencial de la fuente de contaminación, pero a su vez no demasiado lejos para que los ciudadanos puedan ir a trabajar sin perder mucho tiempo.
Hay leyes que pueden ayudarte a reducir la contaminación; por ejemplo, se pueden hacer mejoras en los edificios industriales o intentar utilizar opciones más naturales (por ejemplo, elegir un parque eólico en lugar de una central eléctrica de carbón).
Puedes controlar el nivel de contaminación con las vistas de información, pero también verás señales claras en la ciudad. La industria hará que sus alrededores se vean más sucios y las aguas residuales contaminarán el agua.